Un punto crítico en la tolerancia y, por tanto, en la efectividad de la VNI es la selección de las interfaces. Las interfaz es el dispositivo mediante los cual aplicamos la ventilación al paciente, como elemento de adaptación entre el mismo y la tubuladura del ventilador mecánico. Se coloca alrededor de los orificios naturales (nariz y boca), adaptándolo en forma semi-hermética. Pueden cubrir nariz y boca (máscaras faciales), nariz (mascarillas y almohadillas nasales), solamente boca (piezas bucales) o toda la cabeza (cascos).
Son de material blando flexible siliconado con la superficie de adaptación lisa y acolchada (inflable o no, y en algunos casos de un material símil gelatina para hacerlas más confortables y mejor toleradas). Se debe tratar de utilizar siempre las que involucren la vía nasal, ya que esto permite filtrar, calentar y humidificar el aire, mientras que el paciente puede comunicarse verbalmente.
Actualmente en el mercado existen multitud de interfaces; en la siguiente tabla se hace un resumen de sus aplicaciones, así como de sus principales ventajas e inconvenientes.
En la práctica clínica habitual no existe un modelo de interfaz mejor que otro; para situaciones de insuficiencia respiratoria aguda (debido al uso de la boca durante la respiración) se prefiere la utilización de mascarillas naso-bucales, máscaras faciales o cascos, mientras que en situaciones de insuficiencia respiratoria crónica las mascarillas nasales o naso-bucales.
ELECCIÓN DEL TIPO DE INTERFAZ
La selección de una interfaz adecuada mejora la comodidad y la tolerancia del enfermo tratado con VNI. La intolerancia a la mascarilla es un problema importante y las tasas de fracaso de la VNI por intolerancia de la interfaz alcanzan aproximadamente el 18%. Por lo tanto, cada institución médica debería tener a su disposición los diversos tipos y tamaños de interfaces para optimizar y minimizar los fracasos de la VNI.
Un factor importante para el éxito de la VNI es la fijación de las interfaces. Esta se realiza mediante diferentes tipos de arneses, cómodos, de fácil utilización, que permitan realizar diversas actividades, incluso dormir. No deben permitir fugas excesivas ni producir compresión exagerada.
Se debe adecuar cada sistema de fijación a las características del paciente y de la interface usada. Debe ser confortable. No producir compresión que cause dolor, isquemia o edemas.